Empiezo a detallarla de a pocos,
a guardar un pedacito mental de lo que me ofrece,
y me descubro observándola de regreso
—como se suele ver aquello que le hace perder a uno hasta la cuenta—.
¿Cuántas veces voy ya anhelando sus labios?
Que no lo note.
Que no lo note.
Que no…
Que me bese.
Que me bese.
Que me bese.
a guardar un pedacito mental de lo que me ofrece,
y me descubro observándola de regreso
—como se suele ver aquello que le hace perder a uno hasta la cuenta—.
¿Cuántas veces voy ya anhelando sus labios?
Que no lo note.
Que no lo note.
Que no…
Que me bese.
Que me bese.
Que me bese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario